La Doncella de la Guadaña

Bueno, me he animado y he decidido subir mi libro xD (Aunque ahora estoy corrigiéndolo) Así que por eso alomejor tardo un poco en subir (tengo que quitar, modificar, añadir...) Pero como el principio ya está corregido y listo para el horno (¬¬) lo subo.
Espero que os guste lo poquito que suba (ya que un capítulo entero no lo voy a poner en un post) y nada. Decir que...si, aparece Emily (en cierta forma) esque es mi personaje predilecto


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Emily

Los copos de nieve caían despacio y chocaban con todo lo que les obstaculizaba el camino. Se posaban en los coches aparcados en las desiertas calles, en las farolas que poco a poco apagaban sus luces y en los árboles, que los adornaban con la suave manta de nieve blanca. Era una fría mañana de noviembre, y aunque el invierno no había llegado a su plenitud, el frío adelantaba los acontecimientos. Emily observaba caer la nieve desde lo alto de un tejado. Tenía los huesos entumecidos, pero no le importaba. Desde allí podía despejar su mente de los pensamientos de la gente. Era temprano y todavía los demás no se habían levantado, pero no tardarían mucho en hacerlo. Una ráfaga de aire le abofeteo en la cara, la hundió entre las piernas. Se sentía...mal, como siempre, pero no era culpa suya. Los pensamientos y sentimientos de todo el mundo se agolpaban en su cabeza y su pecho, apenas podía aguantar el daño que esto suponía. Alegría, tristeza, añoranza, odio, todos los sentimientos se guardaban en una sola persona, y parecía que de un momento a otro iba a explotar. Los pensamientos de la gente inundaban su mente y la ocasionaban fuertes jaquecas. Y aunque había aprendido como, de alguna manera, ignorar estos pensamientos y sentimientos, era imposible olvidarlos. Por eso, el único remedio que había encontrado para esto, era el frío, porque se concentraba en los suaves copos o en la musicalidad de la lluvia y se relajaba y dejaba vagar su mente por otros páramos que nada más le pertenecían a ella. Escuchó como alguien subía una persiana y decidió que ya era hora de regresar a dentro. Descendió con cuidado por el resbaladizo tejado y salto a la terraza, después, entró por la ventana. El cambio de temperatura le quemó la piel. Sé frotó las manos y se sentó en la cama desecha. Esperó a acostumbrarse a la temperatura de la casa. Como siempre, se había levantado antes que los demás. Esa era una consecuencia de poder apreciar cosas que los demás no podían. El cansancio y el insomnio. Por más que quisiera dormir durante horas, era totalmente imposible. Los sueños de los demás ahogaban los suyos propios. Las preocupaciones. Todo. Cogió la mochila y bajó a la cocina. Todo el mundo en su casa estaba durmiendo, como de costumbre, así que se preparo una taza de chocolate caliente y se la tomó con parsimonia. Disfrutó de su sabor mientras el reloj movía las manecillas y sonaba de manera rítmica. Apoyó la cabeza en la pared y contempló el exterior a través de la ventana. El cielo estaba encapotado por una densa masa de nubes grises. No le extrañó. Cada invierno, la lluvia y la nieve eran normales en aquel pueblo. Los arbustos enfilados en los jardines se movían acompasados por el azote del viento mientras que los blancos copos caían sepultando la acera. Oyó un despertador procedente de la parte superior de la casa y salió a la calle. No había parado de nevar, y no lo iba a hacer hasta pasado unas horas. Caminó con cuidado por la resbaladiza acera intentando no escurrirse. Al fin, llegó a su coche, su nuevo y recién comprado coche y se metió dentro tirando la mochila en el asiento del copiloto. Ajustó el retrovisor y se miró en el espejo. El cabello, negro como el carbón, estaba alborotado alrededor de su pálida cara. En los ojos tenía ojeras, pero eso no era una novedad. Activó los parabrisas para quitar la nieve acumulada en el automóvil, pero había demasiada. Al final, se dio por vencida. Cogió una espátula y comenzó a quitar la nieve. Escuchó unas pisadas sobre la nieve, pero no se molestó en darse la vuelta, sabía quien era. El señor Finnigan.

No es mucho pero tampoco os voy a saturar^^ Espero que os guste

Esta Very Good =D , pero me e qdado con la curiosidad... percibe los sentimientos de los demas xk kiere o xk tiene algun poder ?

-Buenos días Emily –dijo pasando por su lado - ¿Puedes tú sola?
-Si, no se preocupe –dijo Emily sin dejar de quitar la nieve.
El señor Finnigan se alejó despacio. Era un hombre que rondaba por los cincuenta años. Cada mañana, salía para dar paseos, lloviera o granizara. Cuando consiguió quitar toda la nieve, entró en el coche. Tenía las manos congeladas aunque llevara guantes. No había puesto cadenas al coche, pero la verdad no le importaba. Condujo con cuidado por las calles mientras escuchaba música, mientras dejaba que la embargara. Llegó al instituto y comenzó a sentirse, otra vez, mal. Intentó dejar su mente en blanco, pero estaba demasiado cansada como para lograrlo. A su cabeza llegaron infinidad de pensamientos.
<< Podría quemarle el coche al profesor de historia >>
Escuchó a través de un pensamiento. Intentó apartarlo de su mente. Sin duda era de Alfred, un chico con ideas algo violentas, aunque nunca llegaban a tomar forma.
<< Me pondré el vestido rojo para la fiesta de este sábado >>
Pensamiento procedente de Alissa, la típica adolescente más preocupada por la diversión que por el futuro.
<< La revolución francesa fue a causa de...>>
Brad, no era empollón, pero le gustaba estudiar, aunque algunos sí que le llamaban así.
<< Ese es el coche de Emily >>
Emily buscó a la persona que había pensado eso, sabía quien era, pero lo hacía para huir de ella. Miró por el retrovisor y la encontró. Jane bajaba de su coche y observaba como el coche de Emily se abría paso en el aparcamiento.
<< Demasiado tarde >> pensó Emily.
Al fin encontró un hueco y dejó allí su coche. Antes de que hubiese salido, Jane ya estaba allí.
-Vaya, ¿es este tú nuevo coche? – preguntó observando el automóvil.
-Sí, es este – dijo Emily cerrando la puerta.
Se echó la mochila a la espalda y caminó hacía el instituto. Sentía la euforia de su compañera y se preguntó a que se debía tanta emoción. Intentó sondear la mente de Jane pero se resistió, tiempo atrás se había prometido no hacerlo, no le gustaba las cosas que veía. Se concentró como pudo mientras caminaban para cerrar su mente, lo logró.
-¿Qué te pasa? – preguntó indiferente mientras subían por las escaleras de entrada.
-¿A mi? – dijo Jane con fingida sorpresa.
-Sí, a ti – contestó Emily poniendo los ojos en blanco.
-Estoy ansiosa por la fiesta de este sábado – dijo Jane sonriendo.
-Así que era por eso...todo el mundo está igual.
Era cierto. Todo el mundo estaba emocionado con la gran fiesta del sábado y la verdad que Emily no sabía que le veían a las fiestas. Una reunión social de jóvenes donde bailar, emborracharse y liarse con alguien.
-¿A esta si que vendrás no? – preguntó Jane.
Ya estaban en el corredor del instituto. Sonó la campana que señalaba el comienzo de las clases, y los alumnos que se encontraban en el pasillo corrieron para llegar a tiempo a las aulas. Emily se paró en frente de su clase y contestó sin darse la vuelta:
-No.
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Ya lo descubrirás xDDD

Me encantaaaaaaaa!!!!!!!!!! esta perfecto Azuzu, en serio. Continua cuando puedas please. Oh Dios mio!!!!!!!
Sube mas please! No me quedes con las ganas!!
PLEASEEE!!!

Yo ya lo he leídooo!!!! MUAHAHAHAHAHAHAHAHAHA!! LO HE LEÍDO ENTERITOOOO!!

Y os advierto... que os gustará. Está muuuuuuuuuuuy bieeeeeeen!!!

Yo no sé si subir el mío... me da cosa.....

Arigatouuu
Lavi sube el tuyo si quieres^^ Que no creo que aqui pase nada extraño ¬¬
xDDD

woooooooooo!! que descriptiva!! molaaaa!!

esta genial, en serio n_n

a mi me estan entrando ganas de subir tambien el mio, pero... esta en mi ordenador
asique hasta que no lo arregle (o lo arregle mi hermano xD) nada ToT

Gracias^^
Pues cuando puedas sube el tuyo, que queremos leerlo!

WAAAAAAAAAAA esta muy bien!! jeje, me gusta los dialogos si si si!!
y me recuerda un poco a crepusculo, no se porque... pero esra muy bien se lee con facilidad y es facil imaginarse la escena!
me dais envidia, yo tb quiero colgar los mios, peor no hay time... ya lo hare jee

Oh dioss me deprimo todos estais haciendo un libro!! y yo soy penosa para narrar historias, y despues leo estos parrafos como el de azuzu tan geniales y me hundo cada vez mas.......

AY K DEPRESION MAS GRANDEEEEEE!!!! jajaaj

Pd:(creo k me conformare con dibujar que se le va a hacer...)

PAVA!! SI NO SE TE DA BIEN ESCRIBIR...!! pues dibuja un comic XD

Juju, gracias a todas^^
Esque si Nanao, creo que todo tu arte se derrama en los dibujos O.o
Haz un comic del rol xDDD

Nanao escribió:

Oh dioss me deprimo todos estais haciendo un libro!! y yo soy penosa para narrar historias, y despues leo estos parrafos como el de azuzu tan geniales y me hundo cada vez mas.......

AY K DEPRESION MAS GRANDEEEEEE!!!! jajaaj

Pd:(creo k me conformare con dibujar que se le va a hacer...)

A mi si que me encantaria dibujar como lo aces tu , xk yo tengo muchas istorias en mi cabeza, y escribir es la unica forma que tengo de expresarlas. Si pudiese dibujar como tu , pues haria unas pedazo historias de comics. Y la verdad, yo prefiero dibujar, porque si alguna vez subo una historia, os dareís cuenta, de que soy pésimo describiendo una situación xD, cosa que el dibujo me ayudaría en un plis ^^.

Asi que no digas eso nanao, tu sabes dibujar como una Diosa Artística, con eso ya deberías estar más que contenta =D

WAAAAAAAA!!! ASIAS POR VUSTRO ANIMO!!! Bueno pos me conformare con dibujar, y eso del comic del rol.....jujujuju me has tentado azuzu!!

Bueeno seguire leyendo vuestras historias y si me animo y veo mi lista de dibujos un pokitin mas diezmada a lo mejor dibujo alguna escenita de las que pongais por aqui de vuestras historias

SIIIIIIIIIIIIIII!!!! Yo quiero^^ jajaja
Bueno, os dejo un poco más

El día había sido normal, como siempre. Los alumnos salían del instituto y algunos se quedaban hablando con alguien para retrasar la llegada a casa. Emily no había logrado, una vez más, escapar de Jane. Le había contado, mientras leía, todo lo que tenían pensado para la fiesta y también había intentado convencerla, cosa que resultaba imposible. Al final Jane se había dado por vencida y se había callado mientras masticaba la comida.
Emily aparcó en la acera de su casa y bajó del coche. Hacía tiempo que había parado de nevar, por lo que el manto blanco que inundaba el pueblo había desaparecido con los rayos de sol. Entró en la casa, colgando el abrigo en la percha.
-Ya estoy aquí – dijo caminando hacía el salón.
No había nadie. Fue hacía la cocina y encontró a su madre colocando la compra.
-He hecho la compra – dijo su madre.
-Creía que me tocaba a mí – contestó Emily ayudándola.
-Sí, pero ya de paso he visto algunas tiendas de ropa y te he traído una sorpresa – dijo su madre con una sonrisa en la cara.
-Mamá...te he dicho miles de veces que no me compres ropa, no me hace falta, con la que tengo es suficiente.
Le llegó un pensamiento a su mente. Un precioso vestido azul y negro, que era más bien para vestir...en una fiesta.
-Oh, no. ¿me has comprado un vestido para la fiesta del sábado? – preguntó con cuidado Emily.
-Si ¿a que es genial? – preguntó su madre radiante de felicidad.
-Solo dime una cosa. Todavía tienes el ticket ¿verdad? – dijo desesperada Emily.
-Si, claro.
Emily se relajó y se sentó en una silla, estaba muy cansada.
-Creo que te quedará muy bien.
-Mamá, aunque me quede bien, no me lo voy a poner, no voy a ir a la fiesta – dijo despacio Emily.
-Siempre dices lo mismo y...nunca vas. Pero esta vez será diferente, ya verás, te lo vas a pasar muy bien.
-No, mamá.
-Voy a por él – dijo su madre saliendo por la cocina.
-No, mamá – dijo Emily poniéndose de pie.
Se sentía frustrada ¿Por qué insistía? Sabía perfectamente que no le gustaba ir a fiestas, ni salir. Pero ella no descansaba en su intento de que entrara en razón. Emily la comprendía. Quería que saliera y conociera a gente, que se divirtiera. Pero por supuesto, lo hacía porque no tenía ni idea de que le sucedía a su hija. No por que no se preocupara, todo lo contrario, estaba tan pendiente de ella que apenas la dejaba respirar. Si no porque no sabía que oía los pensamientos de los demás. Cuando estaba con personas escuchaba con todo detalle sus reflexiones, y la verdad que no era muy agradable saber lo que pensaban de ti, y más si eran críticas. Al segundo llegó con el vestido que ella había visto a través de su mente.

Espero que os gusteeee

^o^ me has enganchado bien, eeh!!! ¿¿ira a la fiesta?? y si va... ¿que escuchara de las mentes de los chicos de la fiesta?

cuando puedas sube mas plis

Oh dios las mentes de los chicos en las fiestas son peligrosas!! cuidadin jajajajjajajajajaj

-¿Ves? – dijo poniéndoselo por encima – te queda muy bien.
-Bárbara no voy a ir – inquirió Emily con seriedad.
Su madre suspiró y dejó el vestido en la silla.
-No sé como eres así – espetó Bárbara volviendo a su tarea.
-Deberías estar ya acostumbrada – contestó Emily saliendo de la cocina.
Subió de dos en dos las escaleras y llegó a su habitación. Tiró la mochila al suelo y se tumbó en la cama. ¿Por qué su madre se lo ponía tan difícil? Dejó que el escudo que había puesto en su mente y corazón se desvaneciese y otra vez, todos juntos, llegaron los sentimientos y los pensamientos. Las lágrimas corrieron por sus mejillas y lloró con desesperación. Era imposible vivir así, pero lo que más le dolía era que nadie la comprendía. Sus padres no sabían nada, absolutamente nada de lo que le ocurría. Creían que había heredado de su abuela las fuertes jaquecas y el malestar, pero no era solo eso. Este don se saltaba una generación, así que se transmitía de abuelos a nietos, pasando por alto la generación anterior, por supuesto ésta no sabía nada, ni debía saberlo. Su abuela, y abuelo, según le había contado la mujer, poseían el don y eran, lo que se llamaban, almas gemelas. Se lo habían contado poco antes de que muriesen. Como a Emily le habían explicado, para ellos, un alma gemela era una persona con un punto muerto, es decir, cuando estabas cerca de ella, podías olvidarte de los pensamiento y sentimientos de los demás porque tu alma gemela era como una especie de escudo. Emily había buscado desesperadamente, durante los últimos diez años a su alma gemela, y cuando cumplió los dieciséis se rindió, porque sabía que no iba a ser tan fácil, pues su abuela la había encontrado con treinta años. La idea le abrumaba solo de pensarlo. Cuando Emily paró de llorar, se secó las lágrimas y decidió salir a dar un paseo. Salió a la calle y se metió las manos en lo raídos vaqueros. Mientras caminaba intentó no pensar en nada, porque era otra de las maneras para impedir el roce de pensamientos, aunque seguía sintiendo los sentimientos. Escuchó sus propios pasos en la húmeda acera y el sonido del viento moviendo los árboles. Siguió andando sin rumbo. De pronto, sintió algo diferente, algo que nunca había experimentado. Todo lo que momentos antes estaba en su mente, los pensamientos, habían desaparecido de la nada y ahora el pecho no le dolía, era como estar sin gravedad. Dio asustada un paso hacia atrás y recibió como un puñetazo todo lo que creía que se había esfumado. La cabeza la daba vueltas, intentó pensar con claridad.

Hoy os dejo un poco más^^

oooh!!! es el alma gemela!! siii!!! lo encontrooo!!!

Me encanta!!! que guay!!! espera...su alma gemela no sera el chico mas popular del instituto verdad??

¬¬ tu no digas na que siempre destripas todo jajajaja

esque esa es mi vocacion jejejeje

-Es... – susurró comprendiendo.
Volvió a dar otro paso y de nuevo todo desapareció. Caminó todo lo deprisa que pudo, intentando localizar a la persona que la provocaba...eso.
Buscó ansiosa por las calles y a medida que se acercaba, o eso era lo que ella pensaba, sentía una paz más profunda, un bienestar que jamás había sentido, y era gratificante. Su instinto la llevó hasta un parque. El viento balanceaba suavemente los columpios haciéndolos sonar. No había nadie. De nuevo, volvió a sentir el fuerte dolor en el pecho y la cabeza estuvo llena de pensamientos. Desesperada dio un paso atrás para ver si volvía a entrar en “el campo sin gravedad”, pero no pasó nada. Retrocedió corriendo por el camino por el que había venido, pero esa persona ya no estaba, se había ido.

Esperanza

A la mañana siguiente, los primeros rayos de sol despertaron a Emily. Había dormido más de lo normal. Como siempre, nadie estaba levantado en la casa, así que decidió darse una ducha para despejarse. Se relajó bajo el agua fría. Otra persona habría preferido el agua caliente, pero ella no. La humedad, el frío, la reconfortaban. Tras salir de la ducha, se miró en el espejo, estaba como siempre aunque... de repente, algo en su monótona vida había cambiado. Había sentido a su alma gemela, estaba segura. Estaba impaciente por salir a su encuentro, pero no sabía donde mirar. Observó las moradas ojeras que estaban instaladas bajo sus ojos y se pasó la mano por ellas. Ahora que se miraba con detenimiento se daba cuenta de lo cansada y enferma que parecía. Hacía tiempo que se había dejado de preocupar por su aspecto, por que realmente lo que le importaba era su interior, su dolor. Tras cepillarse el pelo, se vistió con lo primero que encontró en el armario y descendió a la primera planta. Se hizo café, pues era lo que realmente necesitaba. Se lo tomó y montó en su coche. No puso música y estuvo atenta por si esa sensación volvía a aparecer, pero en el viaje de su casa al instituto nada parecido sucedió. El aparcamiento estaba más lleno de lo normal, por lo que no encontró sitio y lo tuvo que dejar en una calle cercana. Buscó el lado positivo de la situación, así Jane no la encontraría y podría librarse de ella aunque fuera a primera hora de la mañana. Llegó al instituto, y no se molesto en prestar atención a los estúpidos pensamientos, todos hablaban de lo mismo e iban a seguir hablándolo durante toda la semana. Como había pensado había logrado esquivar a Jane, por lo menos algo bueno la iba a pasar ese día. Entro en clase con una esperanza nueva desvanecida desde hacía mucho tiempo.

^^